Comencemos con un listado cosas que se suele hacer como esposa, las
cuales no se deberían de hacer, son las siguientes:
1. No
respetarlo
2. Criticarlo
3. Tener
una lucha constante por el poder
4. Dejar
de tener intimidad con él
5. Dejar
a un lado la comunicación
6. Dar
lugar a quejas
7. Dejarlo
mucho tiempo solo
No
respetarlo: Dios creo al hombre con esa
característica especial, el hombre siempre se querrá sentir respetado, pero si
buscamos que es respeto nos encontraremos que proviene del latín respectus y
significa “atención” o “consideración”, se lo merezca o no se lo merezca él,
como esposas debemos respetar a nuestros esposos en todo momento.
Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a
sí mismo; y la mujer respete a su marido. Efesios 5:33
Criticarlo: Dar
lugar a la crítica en nuestro matrimonio es lo peor que se puede hacer, estar
como martillitos duro y dale, recalcando lo que hizo mal la pareja, solo lo
desvalorizamos como hombre. Cuando criticamos emitimos un juicio a la persona
que amamos. Hay que buscar eliminar toda crítica dentro de nuestro matrimonio y
mejor que hayan palabras de aliento que lo fortalezcan cada día a él. Ellos
necesitan sentirse valorados y esperan que su esposa sea la que los ayude, les
den palabras que conforten su Espíritu.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Proverbios 31:26
Tener
una lucha constante por el poder: Como se logra esto, fácil no dándole
su lugar como cabeza del hogar, querer dirigir todo los movimientos a lo que se
refiera la casa incluso en la relación, administración de los bienes, las
finanzas, hasta la forma de como corregir a los hijos. No reconocerle su lugar
como varón del hogar. Cuando aprendemos a darles su lugar estaremos siendo obedientes
al mandato que Dios nos ha dejado en su palabra de ser mujeres sujetas a nuestros esposos, una vez leí un frase que
impacto mucho mi vida que dice: Por mi sujeción a mi esposo, si él llegará a
equivocarse en la decisión que tomo, a causa de mi obediencia Dios tendrá
misericordia de ambos y nos ayudará a pasar ese momento.
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
Porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
cuerpo, y él es su Salvador.
Efesios 5: 22-23
Dejar
de tener intimidad con él:
Hoy no puedo porque no me siento bien, me duele la cabeza,
estoy muy cansada, tengo mucho trabajo, los niños me dejaron agotada, serán
simples pretextos o será que ya no queremos intimidar con él, ¿dónde quedo la
pasión de los primeros días?, que queríamos estar ahí junto a él en todo
momento. Cuando llenamos nuestra agenda de múltiples cosas por hacer, creemos
que el sexo ya no es tan indispensable en el matrimonio, al cabo el esposo nos entenderá,
error garrafal creer eso, ellos en su naturaleza siempre quieren, tendrán el ánimo
y las ganas de tener relaciones sexuales con nosotras, si no hay ese desahogo
con la pareja ellos recurrirán a otras cosas con tal de saciar su necesidad, no
hay hombre que no le guste el sexo. Debemos recurrir a Dios para que nos de las
fuerzas y el ánimo, para complacer a nuestros esposos, para cuando llegue la
noche ponernos ese lindo babydoll, estar perfumadas y listas para él, cuando
hay amor se buscará siempre el tiempo para darles lo mejor de nosotras a ellos.
Dios nos ayudará porque en eso
también lo honramos, al permitir que nuestros cuerpos se fundan en uno solo, el
de mi esposo y el mío, para eso fuimos creados, para deleitarnos uno del otro.
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros
en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
1 Corintios 7:5
Dejar
a un lado la comunicación: Por que dejamos de tener esas
charlas que teníamos cuando éramos novios, parecía que en esa época no existía
el tiempo, podríamos pasar horas hablando con la persona amada, un día sin
hablar con él era el acabose, pero en qué momento dejamos de comunicarnos uno
del otro, en el momento que creemos que nos pertenecemos, en el momento que creemos
saber que piensa nuestra pareja, en el momento que nos adentramos tanto en uno
mismo y damos lugar al egoísmo, en el momento que nos distraemos en otras cosas
y poco a poco sin darnos cuenta se va dejando lo que antes hacíamos, hasta que
llega a un momento en el cual todo se resume en un Hola!, buenos días, cómo estás?
bien, adiós, en simples saludos. En el
momento que volteamos a ver y nos damos cuenta que parecemos dos extraños
compartiendo un cuarto, en el momento que creemos conocer todo de nuestra
pareja cuando no lo es. Cuando
permitimos que la rutina tome el lugar.
La comunicación es fundamental dentro
del matrimonio, es el alimento para nuestra relación porque si lo dejamos a un
lado se pierde el interés en la persona con la que compartimos nuestra vida.
Así como pasan los años van cambiando las opiniones, sueños y anhelos de
nuestra pareja.
Dar
lugar a la queja:
¿Queja? Si queja (descontento de algo o hacia alguien), no
se gana nada solo complica más la situación. Menospreciamos lo que él hace
cuando permitimos dar lugar a la queja, en vez de buscar soluciones. Todo sería
más fácil y llevadero pero todo depende de tener una buena actitud aun en el
momento más difícil. Es ahí donde podemos dar cuenta que necesitamos mucho de
la gracia y ayuda de Dios para que Él dirija nuestra vida, para que Dios
trabaje en nosotras y nuestra relación
con el esposo florezca en un ambiente de armonía y amor. Busquemos no ser esa
mujer que describe la biblia.
Gotera continúa en
tiempo de lluvia
Y la mujer rencillosa,
son semejantes;
Proverbios 27:15
Dejarlo
mucho tiempo solo: Los foquitos se van encendiendo poco
a poco sin darnos cuenta, su atención ya cambio en dirección ya no es la misma
de cuando empezó nuestra relación, debemos ser mujeres sabias y prudentes, en
todo momento estar al pendiente de nuestro esposo para evitar que caiga en
situación o con personas equivocadas. En una depende como manejar su relación y
para eso necesitamos la valiosa ayuda de
Dios, para que nos guíe siempre en nuestro modo de hacer las cosas y
administrar bien nuestro tiempo para que cuando llegue nuestro esposo atenderlo
y no descuidarlo.
Cada uno según el don
que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de
la multiforme gracia de Dios.
1 Pedro 4:10
Para
todo hay tiempo ya que Dios nos ha dotado de esa gran capacidad, solo debemos
ser cuidadosas y organizarnos de tal manera que logremos hacer todas las cosas
sin desatender otras.
Todo tiene su tiempo, y
todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y
tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
Tiempo de matar, y
tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
Tiempo de llorar, y
tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
Tiempo de esparcir
piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse
de abrazar;
Tiempo de buscar, y
tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
Tiempo de romper, y
tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
Tiempo de amar, y
tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiastés 3: 1-8
Podríamos
enumerar muchas cosas más que dejamos de
hacer como esposas, en vez de ser esa ayuda idónea nos convertimos en mujeres
necias como dice la biblia. Pero hoy Dios nos invita a cambiar el rumbo de
nuestro matrimonio, todavía se está a tiempo de cambiar de carril pero todo
radica en que una quiera tener ese cambio, ¿por dónde tenemos que empezar? Por RENDIR
nuestra voluntad a Dios para dejarlo trabajar en la áreas que necesito cambiar
como mujer, dejar nuestro Yo a un lado, dejar de pensar tanto en mí y pensar en
el hombre que escogí para pasar una vida juntos, con el que hicimos tantos
planes y tantos proyectos.
Recuerdas
ese día cuando le dijiste ACEPTO ser tu esposa, en las buenas y en las malas,
en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Al declarar esa
pequeña palabra de ACEPTO, aceptaste aquel hombre como era, lo aceptaste con
sus virtudes y defectos, aceptaste caminar cada día de tu vida a su lado, a ver
por él y estar para él. Por eso es que somos llamadas la ayuda idónea de aquel
varón.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre
esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Génesis 2:18
Busquemos cada día ir a la
fuente inagotable la cual nos ayudará, nos fortalecerá y nos dará la sabiduría
que ocupamos para lograr ser la mujer que Dios diseño que seamos para nuestro
esposo. ¨Recuerda mis habilidades lo complementa a él así como las habilidades
de él me complementan a mi¨, en el matrimonio somos un equipo donde se suma y
no se resta, donde se multiplica y no se divide. Mujer debemos cuidar y
defender nuestro matrimonio, buscando siempre ser la Ayuda idónea para ellos.
La
mujer sabia edifica su casa;
Mas la necia con sus manos la derriba.
Mas la necia con sus manos la derriba.
Proverbios 14:1
Sirviendo por amor
Rachel