Un
corazón agradecido
¿Qué es agradecer? El diccionario nos lo define
como: ¨Dar las gracias por un beneficio recibido¨. Analizando esta definición
me surgen varias preguntas: Dar gracias por aquello que se recibió, ¿seré
agradecida solo cuando recibo algo? Pero ¿qué pasa en nuestro interior cuando
no recibimos lo que tanto anhelamos o no recibimos como lo esperábamos? ¿Cuál es la actitud que tomo? ¿Qué es tener
un corazón agradecido? ¿Por qué agradecer? ¿Qué pasa cuando no llega la
respuesta de Dios a aquello que tanto pido? o ¿no recibo nada todavía?
En su palabra encontramos “Dad gracias en todo, porque esta
es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses
5:18). Pablo es un claro ejemplo de un hombre que tuvo todo. Fue un hombre
preparado secularmente hablando, rindió su vida a los pies de Jesús y llevo la
palabra a varias partes para que los gentiles pudieran también disfrutar de las
buenas nuevas de salvación y cambiar su modo de vivir. Lo tuvo todo y cuando
acepto el llamado lo dejo todo para hacer la voluntad de Dios. Cuando fue a las
ciudades a dar el mensaje sufrió tribulaciones, persecuciones, fue azotado y
encarcelado junto con sus compañeros de viaje, por eso es que se atrevió
decirle a los filipos: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para
tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece”(filipenses 4:11-13). La clave de este varón
de Dios estaba en la dependencia total en Cristo que sabía que “TODO” lo podía
hacer y soportar porque era Cristo quien lo sostenía, fortalecía y estaba con
él en todo momento. Su mirada no estaba puesta en las cosas que se ven sino en
las que no se ven, las cuales son eternas (2 Corintios 4:18). Pablo nos hace un
llamado así como se lo hizo a los de tesalónica, “Dad gracias en todo” ¡Sí!
¡Todo! Cuando me va bien y cuando no me va bien, cuando tengo y cuando no
tengo, cuando hay abundancia en mi vida y familia y cuando solo hay lo
indispensable, aprender a depender de Dios, porque tenerlo a Él es tenerlo
todo… es ¡Suficiente!.
Uno regresa y dice: “Gracias”: En la historia de los diez
leprosos que se sitúa en el libro de Lucas 17:11-19 nos habla: “Yendo Jesús a
Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le
salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y
alzaron la voz, diciendo ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando
él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras
iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado,
volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus
pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son
diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?¿No hubo quien
volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate,
vete; tu fe te ha salvado”. Lo que llama mi atención en este versículo que el
único que regreso a dar gracias era samaritano y extranjero; esta connotación
es impresionante que él siendo extranjero estaba entre los judíos y había algo
que hacía que él estuviera junto a los demás que era los diez estaban leprosos.
Fue el único que mostro tener un corazón agradecido a pesar de no ser del
pueblo escogido de Dios, él sintió regresar y agradecer. El ejemplo de este
único leproso nos da la pauta que debemos ser agradecidos cuando recibimos algo
de nuestro Padre Amado por eso siempre se debe recordar lo que se ha recibido
de parte suya como dice su palabra en salmo 103:2 “Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios”. Que nuestra mente y todo nuestro ser
nunca se olvide que todo lo ha hecho Dios, si hoy estamos de pie es porque su
gloriosa mano nos ha sostenido, “Porque de él, y por él, y para él, son todas
las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36).
Demos gracias y “Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque
su misericordia es eterna” (2 crónicas 16:34).
¿Qué actitud se toma cuando no se recibe lo que se espera? Me
recuerda a cierta ocasión donde quería comer unos ¨churros locos¨ (churros de
maíz, con cacahuate, pepinos y otras cosas), era tal mi antojo que lo externe a
mi esposo, él compró todas las cosas y los preparó; al momento de comerlos lo
primero que dije fue: “! Le falto clamato!” :( , en vez de
haber dicho un “gracias”. Me dejo pensando mucho este momento, a veces
reaccionamos así cuando le pedimos a Dios y recibimos algo que no es lo que
queríamos con exactitud (no cumple nuestro estándar); pero si vemos la gran
misericordia de Dios, sabemos que sus pensamientos son mayores al nuestro y
siempre nos dará algo mejor que lo que queríamos. Como dice su palabra: “Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías
55:9). Es entonces en estos momentos que debo decir: ¡Gracias Padre! Y no
permitir que el espíritu de la queja o descontento se adentré en nuestra vida
porque esto a Dios no le agrada. Lo vemos claramente con un pueblo que cuando
Dios le daba se quejaba, cuando no le daba se quejaba, un pueblo que nunca
estaba contento, siempre pedía y quería las cosas al momento y como ellos
querían, ¿si sabes de quienes hablo? ¡Sí! te hablo del pueblo de Israel, hubo
cierto día que sobrepasaron los límites. Veamos lo que paso cuando sus quejas
iban en filita una tras otras; “Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de
Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de
Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento” (Números 11:1). No debe
haber en nuestros labios queja porque no le agrada a Dios y no es digno, además
que muestra un corazón descontento y malagradecido que nunca será saciado de lo
que quiere.
Volvemos a las preguntas iniciales:
¿Debo agradecer solo cuando obtengo algo? No, se tiene que
agradecer cuando se obtiene y cuando no se obtiene lo que se pide o lo que se
espera.
¿Qué es tener un corazón agradecido? Es aquel corazón que da
gracias a Dios en todo momento, porque ha aprendido a poner su confianza en
Dios y no en la circunstancia a la que se enfrenta.
¿Por qué agradecer?
1.-Porque todo se lo debo a Dios, nada es nuestro. ¨ Porque
de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos. Amén¨ (Romanos 11:36).
2.-Porque le agrada a Dios.
3.- Porque es digno, porque nuestra fe ira creciendo,
producirá los frutos del espíritu, gozo, paz y fe (2 tesalonicenses 1:3-4).
4.-Porque un corazón confiado en Dios tendrá las fuerzas
necesarias para soportar cualquier tormenta, “Bienaventurado el hombre que teme
a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera; No tendrá temor de
malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová” (Salmo 112:1,7).
5.-Porque nos da la victoria por medio de Jesús. ¨Más gracias
sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo¨ (1 Corintios 15:57).
“Voy a dar gracias a ti, Señor, de todo corazón; Voy a contar
todas tus maravillas“ (Salmos 9:1).
“Recordad que un corazón agradecido traerá bendición y cielos
serán abiertos, mientras que la queja solo cerrará y no permitirá que las
bendiciones de Dios fluyan en uno y en su familia”.
¿Qué hay en mi corazón hoy? ¿Agradecimiento o queja?
¡Bendiciones! Tengan un excelente día ;)
#MujerDeterminadallamadaaServir
Canto “Todo se lo debo a ÉL”
Marcos Yaroide