lunes, 14 de marzo de 2016

 Un corazón agradecido 

¿Qué es agradecer? El diccionario nos lo define como: ¨Dar las gracias por un beneficio recibido¨. Analizando esta definición me surgen varias preguntas: Dar gracias por aquello que se recibió, ¿seré agradecida solo cuando recibo algo? Pero ¿qué pasa en nuestro interior cuando no recibimos lo que tanto anhelamos o no recibimos como lo esperábamos? ¿Cuál es la actitud que tomo? ¿Qué es tener un corazón agradecido? ¿Por qué agradecer? ¿Qué pasa cuando no llega la respuesta de Dios a aquello que tanto pido? o ¿no recibo nada todavía?

En su palabra encontramos “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18). Pablo es un claro ejemplo de un hombre que tuvo todo. Fue un hombre preparado secularmente hablando, rindió su vida a los pies de Jesús y llevo la palabra a varias partes para que los gentiles pudieran también disfrutar de las buenas nuevas de salvación y cambiar su modo de vivir. Lo tuvo todo y cuando acepto el llamado lo dejo todo para hacer la voluntad de Dios. Cuando fue a las ciudades a dar el mensaje sufrió tribulaciones, persecuciones, fue azotado y encarcelado junto con sus compañeros de viaje, por eso es que se atrevió decirle a los filipos: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”(filipenses 4:11-13). La clave de este varón de Dios estaba en la dependencia total en Cristo que sabía que “TODO” lo podía hacer y soportar porque era Cristo quien lo sostenía, fortalecía y estaba con él en todo momento. Su mirada no estaba puesta en las cosas que se ven sino en las que no se ven, las cuales son eternas (2 Corintios 4:18). Pablo nos hace un llamado así como se lo hizo a los de tesalónica, “Dad gracias en todo” ¡Sí! ¡Todo! Cuando me va bien y cuando no me va bien, cuando tengo y cuando no tengo, cuando hay abundancia en mi vida y familia y cuando solo hay lo indispensable, aprender a depender de Dios, porque tenerlo a Él es tenerlo todo… es ¡Suficiente!.

Uno regresa y dice: “Gracias”: En la historia de los diez leprosos que se sitúa en el libro de Lucas 17:11-19 nos habla: “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”. Lo que llama mi atención en este versículo que el único que regreso a dar gracias era samaritano y extranjero; esta connotación es impresionante que él siendo extranjero estaba entre los judíos y había algo que hacía que él estuviera junto a los demás que era los diez estaban leprosos. Fue el único que mostro tener un corazón agradecido a pesar de no ser del pueblo escogido de Dios, él sintió regresar y agradecer. El ejemplo de este único leproso nos da la pauta que debemos ser agradecidos cuando recibimos algo de nuestro Padre Amado por eso siempre se debe recordar lo que se ha recibido de parte suya como dice su palabra en salmo 103:2 “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios”. Que nuestra mente y todo nuestro ser nunca se olvide que todo lo ha hecho Dios, si hoy estamos de pie es porque su gloriosa mano nos ha sostenido, “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36). 
Demos gracias y “Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna” (2 crónicas 16:34).

¿Qué actitud se toma cuando no se recibe lo que se espera? Me recuerda a cierta ocasión donde quería comer unos ¨churros locos¨ (churros de maíz, con cacahuate, pepinos y otras cosas), era tal mi antojo que lo externe a mi esposo, él compró todas las cosas y los preparó; al momento de comerlos lo primero que dije fue: “! Le falto clamato!” :( , en vez de haber dicho un “gracias”. Me dejo pensando mucho este momento, a veces reaccionamos así cuando le pedimos a Dios y recibimos algo que no es lo que queríamos con exactitud (no cumple nuestro estándar); pero si vemos la gran misericordia de Dios, sabemos que sus pensamientos son mayores al nuestro y siempre nos dará algo mejor que lo que queríamos. Como dice su palabra: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:9). Es entonces en estos momentos que debo decir: ¡Gracias Padre! Y no permitir que el espíritu de la queja o descontento se adentré en nuestra vida porque esto a Dios no le agrada. Lo vemos claramente con un pueblo que cuando Dios le daba se quejaba, cuando no le daba se quejaba, un pueblo que nunca estaba contento, siempre pedía y quería las cosas al momento y como ellos querían, ¿si sabes de quienes hablo? ¡Sí! te hablo del pueblo de Israel, hubo cierto día que sobrepasaron los límites. Veamos lo que paso cuando sus quejas iban en filita una tras otras; “Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento” (Números 11:1). No debe haber en nuestros labios queja porque no le agrada a Dios y no es digno, además que muestra un corazón descontento y malagradecido que nunca será saciado de lo que quiere.

Volvemos a las preguntas iniciales:

¿Debo agradecer solo cuando obtengo algo? No, se tiene que agradecer cuando se obtiene y cuando no se obtiene lo que se pide o lo que se espera.

¿Qué es tener un corazón agradecido? Es aquel corazón que da gracias a Dios en todo momento, porque ha aprendido a poner su confianza en Dios y no en la circunstancia a la que se enfrenta.

¿Por qué agradecer? 
1.-Porque todo se lo debo a Dios, nada es nuestro. ¨ Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén¨ (Romanos 11:36).
2.-Porque le agrada a Dios. 
3.- Porque es digno, porque nuestra fe ira creciendo, producirá los frutos del espíritu, gozo, paz y fe (2 tesalonicenses 1:3-4).
4.-Porque un corazón confiado en Dios tendrá las fuerzas necesarias para soportar cualquier tormenta, “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera; No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová” (Salmo 112:1,7).
5.-Porque nos da la victoria por medio de Jesús. ¨Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo¨ (1 Corintios 15:57).


“Voy a dar gracias a ti, Señor, de todo corazón; Voy a contar todas tus maravillas“ (Salmos 9:1).


“Recordad que un corazón agradecido traerá bendición y cielos serán abiertos, mientras que la queja solo cerrará y no permitirá que las bendiciones de Dios fluyan en uno y en su familia”.

¿Qué hay en mi corazón hoy? ¿Agradecimiento o queja?


¡Bendiciones! Tengan un excelente día ;)



#MujerDeterminadallamadaaServir


Canto “Todo se lo debo a ÉL”  

Marcos Yaroide